Perdimos La Razón Lyrics

Aitana Ocaña

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Lyrics to Perdimos La Razón
Nos juramos nunca mirar atrás y borrar la cuenta
Obligamos a nuestro corazón a perder la apuesta

Y aunque tú y yo nos fueramos sin rumbo
Siempre dudé si volvería a encontrar
Lo que sentí contigo en un segundo
¿Cómo se aprende a olvidarte?

Si ayer perdimos la razón
Cuando sonó nuestra canción
Me dieron ganas de hablarte
Y vuelvo a pensarte
Ya me olvidé de olvidarte

Si ayer perdimos la razón
Cuando sonó nuestra canción
Me dieron ganas de hablarte
Y vuelvo a pensarte
Ya me olvidé de olvidarte

Quieres que enamore de otra vez de ti
Pero cuando te busco, no estás aquí
¿Qué fue lo que pasó entre tú y yo?
Del fuego, la ceniza quedó
Quieres que enamore de otra vez de ti
Pero cuando te busco, no estás aquí
¿Qué fue lo que pasó entre tú y yo?
Del fuego, la ceniza quedó

Si ayer perdimos la razón
Cuando sonó nuestra canción
Me dieron ganas de hablarte
Y vuelvo a pensarte
Ya me olvidé de olvidarte

Es inevitable querer que no haya una despedida
Y que yo no quiera curar con nadie más esta herida

Y aunque tú y yo nos fueramos sin rumbo
Siempre dudé si volvería a encontrar
Lo que sentí contigo en un segundo
¿Cómo se aprende a olvidarte?

Si ayer perdimos la razón
Cuando sonó nuestra canción
Me dieron ganas de hablarte
Y vuelvo a pensarte
Ya me olvidé de olvidarte
Si ayer perdimos la razón
Cuando sonó nuestra canción
Me dieron ganas de hablarte
Y vuelvo a pensarte
Ya me olvidé de olvidarte

Quieres que enamore de otra vez de ti
Pero cuando te busco, no estás aquí
¿Qué fue lo que pasó entre tú y yo?
Del fuego, la ceniza quedó
Quieres que enamore de otra vez de ti
Pero cuando te busco, no estás aquí
¿Qué fue lo que pasó entre tú y yo?
Del fuego, la ceniza quedó

Si ayer perdimos la razón
Cuando sonó nuestra canción
Me dieron ganas de hablarte
Y vuelvo a pensarte
Ya me olvidé de olvidarte
Si ayer perdimos la razón
Cuando sonó nuestra canción
Me dieron ganas de hablarte
Y vuelvo a pensarte
Ya me olvidé de olvidarte

Nos juramos nunca mirar atrás y borrar la cuenta
Obligamos a nuestro corazón a perder la apuesta